lunes, 8 de marzo de 2010

Los diferentes estilos de relacion...

Las parejas, obviamente, no son todas iguales. Tampoco funcionan todas de la misma manera. Dependerá de la forma de ser de cada miembro, del contrato implícito y explícito que hayan acordado, de las necesidades y de los sentimientos a los que cada uno le dé predominancia.
Cuando dos personas se eligen, modelan estilos particulares de relación. Le propongo dar una mirada a los más comunes. Es probable que se encuentre en alguno de ellos


• Para la pareja romántica sólo el amor es el alimento fundamental de la relación. “Contigo, pan y cebolla” es la frase que los identifica. Cada uno está incompleto sin el otro. Nada más es necesario.
• En la pareja parental-infantil uno se comporta como el maestro, el salvador, el padre bueno, el amo de la pareja, gobernando, celando o tratando al otro como a un niño o a un esclavo. El miembro infantil también se coloca en ese lugar y suele desear ser salvado, mostrándose exigente e indefenso.
• La pareja racional domina sus emociones. La sensibilidad es considerada como una debilidad. La relación es lógica, ordenada y normalizada por acuerdos intelectuales entre ambos miembros.
• La pareja amistosa no busca el amor, sólo necesita intercambiar cuidados, afianzar la seguridad económica y evitar la soledad.
• En la pareja paralela no hay una pareja. Cada uno es una isla dentro de un mismo ambiente. Hacen su vida personal y raras veces se cruzan. Son distantes y desafectivizados. Mantener las tradiciones, los bienes económicos o la convivencia con los hijos suelen ser los motivos que los unen.
• La pareja sexual da excesiva importancia al sexo. Confunde sexo con amor. Sus miembros se unen para tener la seguridad del encuentro erótico sin correr los riesgos y las angustias que implica la conquista y la posibilidad del rechazo. Generalmente se casan en el primer período de la relación, durante el enamoramiento. Consideran que el goce sexual resuelve todos sus problemas y mitiga las angustias.
• La pareja simbiótica es mutuamente dependiente. Ninguno puede prescindir del otro, ya que son como el aire que les permite vivir. Aunque la relación es escasamente gratificante, tienen pocas relaciones sociales. El estar siempre “pegados” da a los demás la impresión de que son tal para cual, como un modelo de armonía.
• En la pareja disociada uno es activo, inquieto, con proyectos y realizaciones personales, en tanto que el otro es pasivo y dependiente. Es una pareja despareja. Tiene frecuentes peleas. La armonía sólo es posible cuando uno se somete al otro. Los tipos de parejas mencionados hasta ahora suelen estructurarse alrededor de acuerdos rígidos, estáticos y únicos. Les dan importancia sólo a determinados elementos para el funcionamiento de la relación.



Para que una pareja funcione armónicamente y esté realmente integrada, es necesario que:



• Sea capaz de crear y recrear una intimidad satisfactoria en el nivel intelectual, afectivo, espiritual, corporal y sexual.
• Dialogue en todos los terrenos con profundidad.
• Sostenga los pilares de la amistad, admiración, acuerdo sexual y de un proyecto existencial común.
• Pueda relacionarse con sinceridad, respeto, lealtad, responsabilidad, generosidad, plasticidad, tolerancia.
• Logre reparar y superar pérdidas.
• Pueda comprometerse.
• Mantenga una independencia equitativa.
• Estimule derechos y obligaciones recíprocos.
• Promueva el continuo crecimiento y desarrollo personal.
• Sea capaz de crear proyectos.
• Busque el compañerismo.
• Pueda gestar una confianza recíproca.
• Estimule la flexibilidad de roles.
• Se comunique franca y honestamente.
• Pueda pelear sin destruirse.
• Valorice los mensajes positivos.
• Sea capaz de nutrirse y darse recíprocamente.
• Respete la necesidad de independencia del otro.
• Mantenga un equilibrio dinámico.
• Logre renovarse.
• Pueda compartir sin perderse en el otro.
• Aprenda a conocerse y a conocer al otro.
Es difícil cumplir con todos los pasos requeridos para tener una pareja integrada, pero no es imposible lograrlos. Todo depende de proponérselo. Erich Fromm escribió: El amor no es un lugar de reposo; es un desafío constante, es moverse, crecer y trabajar juntos”. De eso se trata.

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