viernes, 31 de julio de 2009

Einstein, paradojas de un científico poco convencional

Einstein fue un científico poco convencional, tan poco convencinal como muchas de las ideas que planteó. Algunas de estas ideas aún eran revolucionarias para la época que le tocó vivir y a pesar de incomodar en muchas ocasiones su propia visión de la vida como algo eterno e inmutable, hizo de su estudio su gran pasión.

Einstein fue un científico poco convencional, tan poco convencinal como muchas de las ideas que planteó. Algunas de estas ideas aún eran revolucionarias para la época que le tocó vivir y a pesar de incomodar en muchas ocasiones su propia visión de la vida como algo eterno e inmutable, hizo de su estudio su gran pasión.


Una de las más importantes fue el estudio de las paradojas sobre el tiempo y el espacio, estudio que proporcionó algunos de los datos mas desconcertantes sobre nuestro Universo y el papel que jugamos en el.
Desde que era un adolescente, Albert Einstein se había quedado fascinado por la velocidad a la que se desplaza la luz. En su Teoría de la Relatividad, Einstein afirmaba que todo movimiento del Universo es relativo porque en el espacio remoto no hay ninguna referencia que haga posible la medición de dicho movimiento.
Explicaba además que la velocidad de la luz es siempre la misma con repecto al observador, independientemente del movimiento que realice este. Continuaba diciendo que la luz que procedía de una estrella situada delante de la línea de desplazamiento de la Tierra llegaría a esta al mismo tiempo que la luz que emitiese otroa estrella situada dentras de la Tierra, a pesar de que el planeta se moviera hacia la primera estrella y se alejara de la segunda a 29.000 kilómetros por hora.
De esta forma Einstein concluía que que la velocidad de los fotones que componen luz, era la única constante física del Universo. De esta conclusión extrajo a su vez que si esta era la única constante y es siempre la misma, entonces otras propiedades físicas deben cambiar.

Tras partir de esta tesis, Einstein llegó a una conclusión increible, fuente de algunos relatos de ciencia – ficción más conocidos. Calculo que en el espacio, el tiempo transcurre más lentamente en una nave que viaje a la velocidad cercana a la de la luz que el tiempo que percibe un observador que se situara inmóvil con respecto a dicha nave. En 1977, se pudo poner en poner en práctica tan curiosa teoría cuando se situaron relojes atómicos (los que se basan su funcionamiento en la frecuencia de una vibración atómica) en un satelite que se puso en orbita. A la vuelta se compararon los relojes atómicos del satélite con otros similares ubicados en la Laboratorio de Investigaciones Navales de Washington DC. ¿El resultado? Los relojes del satélite se habían retrasado un poco, con respecto a los de Tierra, lo cual daba la razón a Einstein.
La famosa formula (E=mc2) pone de relieve que la masa de un objeto puede convertirse en energía. Esta conclusión se basa en que la masa de un objeto crece cuando aumenta su velocidad y que por tanto la energía también aumenta debido a que un objeto más pesado posee más energía que otro más ligero si viajan a la misma velocidad.
Comprender a Einstein no es sencillo aunque sencillas puedan parecer sus conclusiones. Para muchos y para el propio Einstein, mas complicado era aceptar sus propias conclusiones, algunas de las cuales establecían que en algún momento de la expansión, el Universo se contraería y desaparecería en un Big Crunch o una gran contracción. Para paliar esta idea que no era del gusto de Einstein, se afanó por encontrar una constante que equilibrara la gravedad existente en el Universo.
Pasó mucho tiempo buscando lo que él llamó Constante Cosmológica para finalmente abandonar tal idea y calificarla como el “error más importante de su vida”. Con todo, y como dicen los científicos y sucesores de Einstein, este incluso equivocándose era un genio. El error del gran científico allanó el camino a otros para encontrar el camino correcto y continuar avanzando.


Siguiendo con sus investigaciones, Einstein también adelantó a los futuros astrónomos un curioso efecto que el dedució a partir de la teoría y sin necesitar realizar observaciones. En la propia teoría general, explica como un rayo de luz que pasara cerca de una estrella, experimentaría una desviación debida a la gravedad de la estrella. El campo gravitaciones de la estrella obligaría al rayo de luz a curvarse hacia dentro y hasta cierto punto, haría que también el espacio se curvara. De esta parte de su trabajo, estableció que la distancia mas corta entre dos puntos, es una línea curva.
En 1919, antes de alcanzar la fama mundial, su teoría de la curvatura de la luz fue comprobada por un grupo de astrónomos ingleses que tomaron fotografías de un eclipse total de Sol. En dicho momento se hace posible fotografiar las estrellas que brillan cerca de este. Tras comparar las fotografías de las estrellas del eclipse con las mismas estrellas tomadas sin el Sol cerca de ellas, se comprobó que las diferencias en la posición de las estrellas en las dos fotografías. Así se demostró que la luz se desviaba como consecuencia de la gravedad del Sol.
Einstein además no sólo fue una persona poco convencional en el mundo de la investigación. Una faceta no muy conocida sobre Einstein fue su militancia ética a favor la no proliferación nuclear justo después de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki así como su activismo en contra del terrorismo sionista.


Aunque fue partidario de crear una Estado para los judíos, también afirmó que en él pudieran tener cabida los palestinos. Antes de la fundación del Estado judío y durante la campaña terrorista que grupos paramilitares sionistas dirigieron contra árabes y judíos no sionistas, el científico acompañado por otros intelectuales judíos firmaron una carta condenando las bárbaras acciones de estos grupos, principalmente el Irgún y el Stern.
Por ello y por otras cosas, existe a día de hoy, cantidad de información en donde se calumnia su figura acusandole de ser responsable de los bombardeos atómicos de Japón o incluso de maltratar a su mujer. Lo cierto es que, Einstein, tras los bombardeos, participó en diverasas campañas pacifistas contra el militar de la energía nuclear. En estas campañas participó junto a otro personaje mítico, el filósofo Bertrand Russell. Ambos crearon un manifiesto en el que se urgía a los científicos a oponerse a este uso.
Si una pequeña parte de científicos e intelectuales tuvieran el nivel de compromiso que tuvo Einstein, el mundo probablemente sería bastante diferente.

2 comentarios:

  1. Muy interesante el post einsteniano, aunque le agregaría una frase ultramachista del genio, que le baja bastante la estatura: "La mujer, está dónde le corresponde. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus errores."
    UPS!

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  2. No veo lo machista del comentario, de hecho la mujer esta donde le corresponde. De hecho habemos muchas mujeres exitosas trabajando, siendo madres, esposas, hasta jefas de hogar, que estamos en donde hemos luchado por estar, y todo al mismo tiempo. Me parece que las cosas son dependiendo del ojo que las mira... Saludos = )

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