domingo, 11 de enero de 2009

LA PRIMERA VEZ

SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ PARA TODOS, A CONTINUACION UNA RECOPILACIÓN DE HECHOS HISTÓRICOS:

El primer anuncio escrito del que se tiene constancia data del 3.000 ad.C. Fue en Tebas y en él, Hapu “el tejedor” ofrece una recompensa a quien le devuelva a Shem, un esclavo suyo que ha huido. El anuncio se conserva en el British Museum y se le conoce como “El papiro de Shem”. Dice así:
“Habiendo huido el esclavo Shem de la casa de su amo, Hapu “el tejedor”, invita a todos los buenos ciudadanos de Tebas a encontrarle. Es un hombre de bastante estatura, robusto y de ojos castaños. Se ofrece media pieza de oro a quien dé información y una pieza de oro a quien lo devuelva a las tiendas de Hapu, “el tejedor”, donde se tejen las más bellas telas, a gusto de cada uno.”
Nótese la habilidad del tal Hapu, pues además de la recompensa por el esclavo, aprovecha y mete una cuñita sobre las bondades de su negocio.




La primera carta de índole personal que se conserva data alrededor del año 2.400 ad.C. La carta forma parte de las llamadas cartas de Amarna y aunque en su mayoría son de carácter burocrático entre el faraón y sus siervos, también las hay personales como la de un soldado egipcio que entre comentarios personales y familiares, también se queja de la mala calidad de los uniformes.






El primero que enarboló la típica bandera pirata fue Emmanuel Wynne en el año 1700. En ella, además de la calavera y los dos huesos cruzados, se podía ver un reloj de arena. Según cuentan, venía a significar que si tardabas demasiado en rendir tu barco, podía significar tu muerte.



La primera transfusión de sangre con cierto éxito la realizó el médico de la corte de Luis XIV, Jean-Baptiste Denys. En 1667 inyectó cerca de un cuarto de litro de sangre de cordero a un joven que se encontraba agonizante. Aunque el chaval sobrevivió unos pocos días, terminó falleciendo. El doctor por esto fue acusado de asesinato.




La primera persona que realizó una cesárea y que su nombre ha llegado hasta nuestros días fue el suizo Jakob Nufer en el año 1500. De profesión castrador de cerdos, a Jakob no le quedó más remedio que echarle imaginación y coraje cuando su mujer se puso de parto y el asunto se complicó. Siguiendo métodos parecidos que los que relizaba con sus cerdas, consiguió sacar adelante a su mujer y a un niño que tuvo una vida sana y murió de viejo a los 77 años.






El primer restaurante en el sentido moderno del que se tiene noticia abrió sus puertas en Paris en el año 1765. Fue un mesonero llamado Boulanger quien abrió una casa de comidas donde colgó un letrero que rezaba así:
“Venite ad me omnes qui stomacho laboratis et ego vos restaurabo”
“Venid a mí todos los que tenéis molestia en el estómago y yo os restauraré.”
Desde entonces las casas de comida se conocen como restaurantes y a los cocineros como restauradores.

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