En una ceremonia un tanto extraña, Mangli Munda contrajo nupcias con un perro en la localidad de Jharkhand, India, a fin de pasarle una maldición al can.
Desde luego, el flamante “esposo”, un perro llamado Sheru, no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo a su alrededor durante la ceremonia de casamiento.
Ese tipo de bodas es parte de un ritual en aquel estado ubicado al este de India, en donde una mujer joven se casa primero con un perro para después contraer nupcias con un hombre. La finalidad de la primera unión es que el matrimonio se bendecido con longevidad. A decir de los pobladores, se busca que el futuro esposo no muera de corta edad.
La madre de Mangli dijo a un periódico hindú que “tuvimos que gastar algo de dinero para la boda, pero es la única manera de alejar la mala fortuna y asegurarnos que la villa y todos los que estamos en ella seamos bendecidos”.
Luego de la boda, Mangli y su nuevo “marido” continuarán como pareja, aunque dicha unión no tiene sustento legal. La joven podrá abandonar su estatus una vez que encuentre a un sustituto ideal.
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